En la actualidad, las empresas enfrentan un panorama de Ciberseguridad cada vez más complejo y sofisticado, con amenazas que evolucionan constantemente y que pueden poner en riesgo su información y operaciones.
En este post, exploraremos en qué consiste esta práctica y cómo puede ayudar a proteger su empresa de posibles ciberataques con efectividad, mitigando las consecuencias negativas y protegiendo sus activos sensibles.
El Threat Hunting es una técnica de Ciberseguridad que consiste en buscar de manera proactiva amenazas o indicadores de compromiso dentro de la red de una organización, para así consolidar los sistemas de seguridad y dificultar el trabajo de los ciberdelincuentes.
En lugar de esperar a que una nueva amenaza se manifieste y se detecte mediante soluciones de seguridad con enfoque automatizado, la cacería de ciberriesgos implica que los expertos en Ciberseguridad actúen como cazadores, analizando los registros y patrones de actividad en la red para encontrar signos de actividad maliciosa.
Esta técnica se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años debido al aumento de ciberataques sofisticados y las amenazas avanzadas. También, parte de la necesidad de hacer frente al uso de técnicas de evasión complejas como lo pueden ser el software malicioso (malware), suplantación de identidad (phishing), entre otros que pueden pasar desapercibidos para las soluciones de seguridad tradicionales.
Al ser proactivo, el Threat Hunting permite identificar potenciales amenazas que de otra manera podrían pasar desapercibidas, lo que puede ayudar a minimizar los daños y proteger mejor a las organizaciones contra ataques futuros.
Mitigar las ciberamenazas es esencial para resguardar el conjunto de datos bajo el poder de su organización, considerando que estamos en un entorno cada vez más abierto a brechas a partir de la inteligencia artificial, el machine learning, el Internet de las Cosas (IoT) y la transformación digital en general.
Para comprender la importancia de la caza de amenazas, es imprescindible entender cómo funcionan la mayoría de ataques cibernéticos y cómo se comportan estos cibercriminales:
Después de infiltrarse, un atacante puede permanecer en una red durante meses, obteniendo información y credenciales de inicio de sesión a los sistemas de su empresa. En ese sentido, muchas organizaciones no tienen las capacidades avanzadas necesarias para detectar estas intrusiones persistentes, lo que hace que la caza de amenazas sea esencial para cualquier estrategia de defensa.
En muchos sentidos, la caza de amenazas cibernéticas se compara con la caza tradicional, donde los cazadores utilizan el conocimiento de los hábitos y movimientos de los animales para encontrarlos. De manera similar, los cazadores de amenazas cibernéticas utilizan el conocimiento de cómo operan los piratas informáticos para encontrar señales de un ataque.
La búsqueda de amenazas cibernéticas ayuda a detectar actividades maliciosas, como infecciones de software malicioso, filtraciones de datos y ataques dirigidos, lo que permite a las organizaciones tomar medidas proactivas y reducir el tiempo de respuesta ante una amenaza potencial.
El proceso de caza de amenazas suele seguir un enfoque iterativo, en el que los cazadores de amenazas recopilan información sobre la red, la analizan para identificar patrones y anomalías, y luego toman medidas para mitigar cualquier riesgo potencial.
El proceso también implica la colaboración entre equipos de seguridad, incluidos analistas, ingenieros, expertos en redes de seguridad, así como otros profesionales que trabajan juntos para identificar, evaluar y responder a las amenazas.
El objetivo del Threat Hunting es descubrir y eliminar las amenazas antes de que causen daño, en lugar de simplemente esperar a que las alertas de seguridad de la información se activen. Como tal, el Threat Hunting se ha convertido en una parte vital de las estrategias de Ciberseguridad de muchas organizaciones, ya que ayuda a mantener la integridad y la confidencialidad de los datos críticos.
Para ello, se utilizan generalmente 3 metodologías:
Se basa en la recolección y análisis de registros de eventos y datos de seguridad para identificar comportamientos inusuales o anómalos que puedan ser indicativos de una amenaza. Esto puede incluir la correlación de múltiples eventos para detectar patrones y comportamientos maliciosos.
La cacería de amenazas basada en eventos o situaciones tiene como objetivo responder preguntas clave para identificar la amenaza, como por ejemplo:
La respuesta a estas preguntas ayudará a evaluar el daño potencial y a informar mejor el alcance de la amenaza al cliente.
Se utiliza una formulación de una hipótesis sobre una posible amenaza y la búsqueda de evidencia para respaldar o refutar esa hipótesis. Esto puede implicar la revisión de registros de eventos específicos, la búsqueda de indicadores de compromiso conocidos y la realización de pruebas de penetración para validar las suposiciones.
Aplica el uso de la inteligencia de amenazas para identificar patrones de ataque y comportamientos maliciosos. Donde se puede considerar el análisis de indicadores de compromiso y la comparación de patrones de ataque conocidos con la actividad en la red de la organización.
La búsqueda de amenazas debe ser una actividad constante dentro de una estrategia de Ciberseguridad efectiva. Sin embargo, hay ciertos eventos o situaciones que pueden indicar que es necesario iniciar una búsqueda de amenazas, como por ejemplo:
En este punto ha quedado claro que el Threat Hunting es una práctica esencial para prevenir y mitigar los riesgos de ataques cibernéticos en cualquier tipo de organización, especialmente en una época dónde cada vez se sofistican más las intrusiones y dónde es más difícil identificarlas.
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