Para aquellos que buscan perfeccionar procesos, optimizar prácticas y mitigar riesgos innecesarios en el mundo empresarial, surge una pregunta cada vez más relevante: ¿Con qué frecuencia se realizan las auditorías internas de Ciberseguridad y cuándo es el momento adecuado para llevarlas a cabo? Este cuestionamiento no solo refleja la creciente conciencia sobre la importancia de evaluar la salud operativa de una empresa, sino que también destaca la necesidad de encontrar el ritmo perfecto para estas revisiones internas.
Aquí, veremos cuando hacer una auditoría, cómo se audita una empresa mediante cuatro etapas y mucho más.
¿Cuándo se debe hacer una auditoría interna?
La realización de una auditoría surge como respuesta a la necesidad de mantener un control efectivo para identificar vulnerabilidades, optimizar el funcionamiento y la seguridad de una organización.
Además, a medida que la entidad crece, mantener un control directo sobre todas las operaciones se vuelve una tarea monumental.
Este crecimiento, a menudo sinónimo de complejidad, destaca la importancia de someter a examen las prácticas internas para garantizar la coherencia y el cumplimiento de los estándares establecidos.
Por otro lado, si te preguntas cada cuánto se hace una auditoría externa, por lo general, el primer año se hace una auditoría de certificación u otorgamiento, en el segundo y tercer año, las auditorías de seguimiento aseguran la consistencia, mientras que en el cuarto año, una auditoría de renovación o recertificación marca el inicio de un nuevo ciclo.
Este enfoque estructurado garantiza que las empresas mantengan altos estándares y se adapten a cambios de manera continua.
¿Con qué frecuencia se realizan las auditorías?
La auditoría interna, en su esencia, es una actividad positiva cuando se lleva a cabo en el momento adecuado.
¿Con qué frecuencia se realizan las auditorías? Tanto el exceso como la deficiencia de este proceso puede ser perjudicial para una organización.
Por lo tanto, con el fin de determinar la frecuencia adecuada, es esencial tener en cuenta los siguientes factores clave:
1. Tiempo en funcionamiento del sistema
Los sistemas que han sido implementados recientemente necesitan un mayor seguimiento que aquellos que han estado operativos durante varios años.
Mientras un sistema maduro podría auditar una vez al año, ya que posiblemente ya tiene un sistema de gestión de riesgos, uno nuevo o recientemente repotenciado podría necesitar dos o tres auditorías anuales para identificar posibles ciberataques.
2. Recursos disponibles
La auditoría es un proceso que consume recursos tecnológicos, humanos, financieros y de formación.
Por ese motivo, es necesario evaluar la disponibilidad de los recursos de la empresa para determinar la frecuencia ideal de una auditoría interna como parte de las políticas de seguridad regulares de la empresa.
3. Número de no conformidades
Un sistema con un número significativo de no conformidades requerirá auditorías de ciberseguridad frecuentes hasta que la tendencia desaparezca.
Asimismo, es muy importante investigar las causas de estos problemas y generar el informe de auditoría, con el objetivo de tener siempre el registro de los riesgos de seguridad identificados y las acciones realizadas en el proceso de auditoría.
4. Complejidad del sistema
Las organizaciones con operaciones complejas, en industrias altamente reguladas o con clientes que exigen altos estándares de calidad, deben auditar con mayor frecuencia para asegurar la calidad. De esta forma, es esencial establecer una rutina de auditorías periódicas dentro de los procesos regulares de la empresa.
5. Estado del sistema
La frecuencia de las auditorías también depende del estado del sistema. Un sistema esperando una auditoría de certificación podría necesitar auditorías más frecuentes.
Los sistemas certificados pueden evaluarse anualmente, pero cerca de una auditoría de recertificación, auditorías adicionales son beneficiosas.
¿Cuánto dura una auditoría de control interno?
La duración de una auditoría de control interno puede variar significativamente según varios factores, los cuales influyen en el tiempo necesario para completar la evaluación:
- El tamaño y la complejidad de la organización donde se realiza una auditoría;
- la profundidad de la revisión requerida;
- y la eficiencia de los procesos de auditoría,
Dicho esto, por lo general, puede llevar desde unos pocos días hasta varias semanas.
Es decir, las organizaciones más grandes y complejas con operaciones extensas pueden requerir auditorías más prolongadas para garantizar una cobertura exhaustiva de todas las áreas relevantes.
Mientras que, empresas más pequeñas o con procesos menos complicados pueden completar auditorías en un período más corto.
¿Cuáles son las 4 etapas de la auditoría?
Los cuatro pasos o etapas esenciales para realizar una auditoría interna son:
1. Planificación
La efectividad de una auditoría comienza con una sólida preparación, por lo que hay que entender el contexto de la organización y definir claramente lo que se auditará.
Este programa debe abordar cuestiones como la seguridad de la red, la gestión de activos digitales y la preparación para amenazas cibernéticas.
En este caso, el auditor líder, con su experiencia, decide cómo abordar la auditoría, buscando planes que generen verdadero valor para la organización. Y se pueden crear checklists detalladas para guiar la evaluación.
2. Ejecución
La ejecución real de una auditoría de TI y Ciberseguridad implica la evaluación de controles de seguridad, pruebas de penetración, seguridad de datos, la revisión de políticas y procedimientos, y la identificación de posibles brechas.
Durante esta fase, se pueden formular preguntas específicas sobre la gestión de incidentes, la respuesta a amenazas y la efectividad de las salvaguardas cibernéticas.
Además, la recopilación de evidencias digitales y la documentación adecuada son esenciales.
3. Remediación
La etapa de remediación se centra en abordar los hallazgos específicos relacionados con TI y Ciberseguridad.
Los planes de remediación pueden incluir acciones correctivas para fortalecer la postura de seguridad digital.
Por otro lado, los auditados deben implementar medidas de mitigación para cerrar posibles brechas y mejorar los protocolos de seguridad.
Además, el auditor, en esta fase, verifica la efectividad de las acciones correctivas, especialmente en términos de resistencia a amenazas cibernéticas.
4. Cierre
En la fase final, se genera un informe detallado que resume la auditoría.
De esta forma, este informe se convierte en una herramienta invaluable para la alta dirección al proporcionar información sobre la salud de los sistemas de TI, las amenazas identificadas y las medidas tomadas.
La revisión de este informe contribuye a decisiones informadas sobre inversiones en seguridad digital y mejoras continuas.
¿Cuándo caduca una auditoría?
La caducidad de una auditoría varía según su naturaleza. Para auditorías internas, se suele seguir un ciclo anual o bianual.
Sin embargo, es posible que cambios organizacionales significativos, evaluaciones de riesgos o plazos específicos de certificaciones y normativas desencadenen auditorías adicionales.
Por otro lado, la efectividad de las acciones correctivas también influye en la determinación de la caducidad.
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En el dinámico panorama actual, donde la seguridad cibernética y la conformidad normativa son esenciales, saber con qué frecuencia se realizan las auditorías internas, y cómo se hacen, es más relevante que nunca.
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